Ciencia, paz y desarrollo en la misma palabra.

Artemisa, Cuba. – Resultado del ingenio humano es la ciencia herramienta que nos cambia la vida. Con ella se acortan distancias, se multiplican cosechas, se combaten enfermedades. Un mundo mejor se abre cuando los pueblos atraviesan el umbral de lo posible y generan conocimientos nuevos que hacen más llevadera la existencia.

Un día Mundial de la ciencia para la paz y el desarrollo nos recuerda que esta puede ensuciarse cuando descansa en manos incapaces de extenderse por el otro. Que puede la sabiduría parir la destrucción. Que hay dos polos en el mundo y ciencia sin gobierno, sin corazón, al servicio del poder no es noticia halagüeña sino instrumento para el martirio y la explotación, mancha en la vida de los pueblos.

Para la paz y el desarrollo cuando se vuelve dosis de salud, cuando no es necesario el talonario para que se demuestre la eficacia del compuesto, cuando la meta es ese rostro del cubano sin diferencias porque somos una sola familia y es el derecho heredad y garantía de todos.

Esta batalla de Abdala y Soberana contra las bombas teledirigidas. Esta lucha de biofertilizantes y paneles solares contra arsenal nuclear y de estrategias que preserven lo diverso del mundo contra alimentos convertidos en combustible. No es baldío enfrentamiento porque la historia tasa el valor de los hombres, de las generaciones y los pueblos. No puede devaluarse la conciencia en paz y Cuba tiene, como escudo que la defiende de las cuentas que ha de rendir un día, la razón enseñoreada sobre el egoísmo.

Ciencia, paz y desarrollo son la palabra igual del sueño que llegó en caravana. Prestigia la hoja de vida de este insular y verde corazón del Caribe. La paz y el desarrollo nuestros y de cualquier nación fueron la expectativa de mañana que nos marcara el visionario invicto. Un futuro de hombres y mujeres de ciencia, un futuro que ya, desde el presente, muestra los frutos que le cosecha el pueblo.