Aplican en Guanahacabibes novedosas técnicas para la reproducción de corales

 

Con el propósito de contribuir a la protección de dos importantes especies de corales, cuyas poblaciones han sido declaradas en peligro crítico por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza, investigadores del Parque Nacional Guanahacabibes y el Acuario Nacional de Cuba aplican novedosas técnicas para su reproducción.

Las labores comprenden el monitoreo del desove de las colonias de Acropora palmata (conocido como cuerno de alce) y de Acropora cervicornis (cuyo nombre común es cuerno de ciervo), la recolección de los paquetes de gametos de ambas, y el proceso de fertilización asistida, detalla la doctora en Ciencias Dorka Cobián Rojas, una de las líderes del proyecto.

Apoyado por pobladores de la península de Guanahacabibes, que han servido de guías en las expediciones submarinas, y buzos del Centro internacional de buceo María la Gorda, el trabajo de los especialistas tiene el objetivo de ayudar a la repoblación de los sitios más afectados por la actividad humana y por fenómenos naturales, tales como los huracanes, en esta región del extremo occidental de Cuba.

En el caso del Acropora cervicornis, las acciones realizadas incluyen el empleo de un vivero flotante anclado en el mar, en el cual, tras la fecundación, se forman las larvas de coral, que al cabo de dos o tres semanas se asentarán en los sustratos colocados en el interior, en los que luego serán fijados en el arrecife, señala la doctora Dorka Cobián.

El doctor en Ciencias Pedro Pablo Chevalier Monteagudo, otro de los líderes de esta experiencia, asegura que se trata de un procedimiento novedoso en el país, método con el cual se logra un elevado porciento de fertilización (en Guanahacabibes se acaba de obtener más del 80 %), se evita la depredación y, por tanto, aumentan las posibilidades de supervivencia.

Desde 2017, en la península –declarada como Reserva de la Biosfera en 1987– se lleva a cabo el proceso de restauración por fragmentación o microfragmentación de tres especies de corales, cultivadas en viveros ubicados en la zona de buceo de María la Gorda, entre seis y ocho metros de profundidad.

La técnica consiste en tomar fragmentos de corales y colocarlos en estructuras hechas de tubos de PVC, como los que se usan en la plomería, semejando un árbol de muchas ramas, en el que crecen hasta alcanzar el tamaño adecuado para ser «trasplantados» en diferentes sitios del arrecife.