El cambio climático amenaza la alimentación mundial (foto: EPA)

La crisis climática alimenta la crisis alimentaria con un crecimiento exponencial del hambre en el mundo y "llevará a una carestía sin precedentes".
    
La advertencia fue lanzada por el Programa Alimentario Mundial (PAM) de la ONU en ocasión de la Jornada Mundial de la Alimentación, que se conmemora mañana 16 de octubre.
    
Las estimaciones de las Naciones Unidas indican que un aumento de 2 grados centígrados en la temperatura promedio global, respecto de los niveles preindustriales, llevará a otros 189 millones de personas a luchar contra el hambre.
    
El PAM subraya que las comunidades vulnerables, cuya gran mayoría depende de la agricultura, la pesca y la crianza de animales, y que son las que menos contribuyen a la crisis climática, seguirán sufriendo la mayor parte de los daños causados por los eventos climáticos extremos, con medios limitados para afrontar la crisis.
    
"Vastas áreas del globo, de Madagascar a Honduras y Bangladesh, son presa de una crisis climática que ya es una realidad cotidiana para millones de personas", dijo el director ejecutivo del PAM, David Beasley.
    
Entretanto, decenas de miles de vidas están en riesgo, por ejemplo, en el sur de Madagascar, uno de los tantos lugares del mundo donde los cambios climáticos llevaron a condiciones de hambre.
    
La extrema sequía hizo caer a casi 1,1 millones de personas en el hambre extrema. Hasta el 63% de la población que vive en el sur del país son agricultores que vieron derrumbarse sus medios de subsistencia, y su única fuente de alimento desaparece debido a la sequía.
    
"Los conflictos en el mundo están llevando al hambre a millones de personas, pero la crisis climática podría dejar atrás a los conflictos como causa principal de las carestías de mañana", dijo Beasley.
    
Finalmente alertó sobre la urgente necesidad de invertir en sistemas de alerta precoz y programas de adaptación y resiliencia al clima para evitar esta inminente catástrofe humanitaria.
    
Por su parte el director general de la agencia de la ONU para la Alimentación y la Agricultura, Qu Dongyu, recordó que la jornada mundial de la Alimentación se celebra en un momento en que "los desafíos planteados por el hambre mundial, la crisis climática y la pandemia siguen siendo formidables, pero se registra un nuevo impulso y nuevas energías en el compromiso para transformar los sistemas agroalimentarios y hacerlos más aptos para afrontar la situación de hoy.
    
Pese a las dificultades causadas por la pandemia, el director de la FAO precisó que "en el último año adquirimos también resiliencia y fuerza".
    
En particular rindió homenaje a "todos nuestros 'food heroes', que en el mundo siguieron trabajando contra toda previsión para asegurarnos que tengamos comida". Antes de la pandemia cientos de millones de personas en todo el mundo sufrían hambre, indicó la FAO, y este número aumentó en el último año, llegando a un total de 811 millones.
    
El director de la organización subrayó que el 14% de la comida se pierde y el 17% se despilfarra.
    
En la ceremonia por el Día Mundial de la Alimentación intervino el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien precisó que "el modo en que producimos, consumimos y desperdiciamos está poniendo a dura prueba a nuestro planeta, una presión histórica sobre nuestros recursos naturales que nos cuesta trillones de dólares al año. Pero el poder de cambiar está en nuestras manos".
    
Se hizo eco de su llamado también Gilbert F. Hounbgo, del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola, quien recordó que "para construir sistemas alimentarios más justos y equitativos, debemos escuchar las voces de la pequeña escala, productores y comunidades rurales".
    
También el papa Francisco, en un mensaje a la FAO, dijo hoy que "la lucha contra el hambre exige superar la fría lógica del mercado, centrada ávidamente en el mero beneficio económico y en la reducción de la alimentación a una mercadería como tantas, y reforzar la lógica de la solidaridad".
    
En un tuit Francisco dijo también que las mujeres rurales tienen mucho que enseñarnos sobre cómo el esfuerzo y el sacrificio permiten construir redes que garanticen el acceso a los alimentos, la justa distribución de bienes y la posibilidad de que cada ser humano realice sus aspiraciones.