Miguel Díaz-Canel

El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, destacó hoy la postura de artistas que condenaron los intentos por subvertir el orden político de la nación a partir de una supuesta manifestación y otras provocaciones.

En su cuenta oficial en Twitter, el mandatario señaló cómo esas personas “no se dejan manipular y están seguros de que la marcha es una provocación contrarrevolucionaria”.

Kenneth Fowler, miembro de la Asociación Hermanos Saíz, dijo al diario local Granma que la marcha convocada para el 15 de noviembre, cuya realización denegaron las autoridades aquí, tiene un carácter ilícito.

Es una acción manipuladora que está buscando tomar elementos del sentir popular y transmutarlos en actitudes, imaginarios y posicionamientos antigubernamentales, desconociendo así todas las instancias democráticas existentes, explicó.

De igual forma, Fowler enfatizó en cómo la manifestación “se esconde en frases aparentemente inofensivas y en posturas políticas engañosas”.

“Cuba requiere de mayores espacios para socializar y atender las insuficiencias que solo pueden encontrar su resolución real y emancipadora dentro del proyecto socialista”, remarcó.

Mientras, el dramaturgo Eugenio Hernández Espinosa aseguró estar en contra de que se reniegue del proceso revolucionario.

“Defender la cultura es estar del lado de la Revolución”, expresó.

De igual forma, enfatizó en que es necesario unir fuerzas y dar pasos firmes para lograr un avance en la edificación de una sociedad más justa, crítica y próspera, donde el arte y sus exponentes sigan siendo puntales del desarrollo.

Por su parte, el también dramaturgo Raúl Miguel Bonachea afirmó que “nosotros marchamos siempre con la Patria y por ella, con los principios de la libertad creativa que tenemos como artistas y como cubanos. Nuestras marchas han de ser con esos valores, no sobre ellos”.

La víspera un reportaje televisivo presentó pruebas sobre la falta de espontaneidad y autenticidad en la convocatoria lanzada semanas atrás para el próximo lunes y considerada anticonstitucional por las entidades jurídicas de la isla.

De acuerdo con el material, la solicitud para la actividad responde a intereses extranjeros para un cambio de régimen en el país y esa estrategia obedece al guion de golpe de Estado suave, que se intenta aplicar en Cuba siguiendo los parámetros de una presunta lucha no violenta.