El plan consistía en ocupar una pequeña porción de territorio cubano, entre las playas Larga y Girón, para instalar un gobierno provisional títere que luego buscaría la intervención militar estadounidense, indicó la declaración al rememorar que el entonces presidente John F. Kennedy asumió la responsabilidad del fracaso.
Pero tanto él como los 11 presidentes estadounidenses siguientes continuaron sus intentos de acabar con el proceso revolucionario cubano mediante otros medios y métodos, incapaces de entender la imposibilidad de derrocar a una revolución cuando cuenta con el apoyo de prácticamente todo el pueblo, recalcó.
En ese sentido, el pronunciamiento recordó que de las manifestaciones espontáneas de solidaridad con la Revolución cubana realizadas aquí en los días de la invasión mercenaria, nacieron los primeros núcleos “de lo que más tarde se convertiría en la Asociación Nacional de Amistad Italia-Cuba”.
Al destacar el apoyo político y con diferentes proyectos brindado a la nación caribeña, la Anaic reivindicó la validez y continuidad de esa solidaridad, al resistir, como organización “totalmente voluntaria” los cambios y dificultades políticas y económicas durante más de seis décadas en Italia.
Por ello, agradecemos a todas las personas que nos apoyan y seguiremos luchando con Cuba por un mundo más humano, más justo, más solidario, más antifascista y más antirracista, subrayó la más antigua y extendida organización del movimiento de solidaridad con la isla en esta nación europea.