En la mañana de este viernes, poco antes de las 7:30 a.m., se dio inicio a un emotivo acto político-cultural en La Habana, marcado por la entonación de los himnos nacionales de Cuba y Venezuela. La ceremonia contó con la presencia del Presidente de la República y Primer Secretario del Partido Comunista de Cuba, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, junto al Primer Ministro Manuel Marrero Cruz, así como representantes de las principales organizaciones de masas, dirigentes juveniles, miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), el Ministerio del Interior (Minint) y el cuerpo diplomático acreditado en la isla.

Un video proyectado en el acto evocó el histórico momento en que el Comandante Hugo Chávez proclamó su célebre consigna: “¡Hasta la victoria siempre!”, reafirmando el legado de lucha antiimperialista que une a los pueblos de América Latina. En ese mismo espíritu, se recordó la frase de Fidel Castro: “América Latina unida y junta, o muerte. Pero no habrá muerte, habrá victoria”.

Como expresión de la hermandad cultural entre ambas naciones, estudiantes de la escuela Nicolás Guillén interpretaron con gracia y entusiasmo el tradicional Joropo venezolano, mientras que universitarios cubanos ofrecieron una sentida versión del poema “Padre Nuestro Latinoamericano”, símbolo de la espiritualidad revolucionaria de nuestros pueblos.

En tiempos en que la barbarie amenaza, nos unimos para reafirmar que Venezuela no está sola, que su lucha es nuestra lucha, que su resistencia es nuestro orgullo y la victoria será la muestra de los países que creemos en la verdad y la justicia.

La delegación venezolana estuvo encabezada por Pedro Infante Aparicio, presidente de la Asamblea Nacional de Venezuela, quien transmitió un mensaje de agradecimiento del presidente Nicolás Maduro Moros y afirmó: “Traigo en mi voz el fuego eterno de mi comandante Hugo Chávez. Venezuela y Cuba son dos pueblos hermanos que representan a Bolívar y Martí. Somos naciones de paz cuyos gobiernos sufren el abuso sistemático del imperialismo estadounidense”.

Desde la tribuna, se denunció la campaña xenofóbica promovida por sectores reaccionarios en Estados Unidos, como el senador Marco Rubio, que buscan estigmatizar a los latinoamericanos, especialmente a los venezolanos, asociándolos injustamente con el narcotráfico. Se hizo un llamado urgente a impedir cualquier agresión contra la República Bolivariana de Venezuela.

En un contexto internacional marcado por la hipocresía de las potencias occidentales, se criticó la doble moral de Washington, que promueve guerras en Ucrania mientras impone falsas convenciones de paz en Medio Oriente para subyugar al pueblo palestino. Frente a ese panorama, se reafirmó la visión de la “Patria Grande” soñada por Bolívar y Martí, y defendida por Fidel y Chávez.

Cuba se erige como trinchera de moral y dignidad, demostrando que es posible construir el socialismo con justicia, cultura y soberanía. Más de 50 mil habaneros se congregaron en representación de todo el pueblo cubano, reafirmando su compromiso con la causa latinoamericana y el internacionalismo revolucionario.

El presidente cubano hizo entrega a Pedro Infante Aparicio de una representación de los libros con firmas recaudadas por los cubanos en apoyo al pueblo venezolano, y que son de 4 millones 388 mil 759 firmas.