
De generación en generación se pasan los conocimientos sobre la medicina natural y tradicional. El hecho de estar rodeados todo el tiempo de plantas medicinales hace que lo veamos como algo común cuando la verdad es que se trata de una muestra grande de generosidad de la naturaleza.
Cuenta un sitio web consultado que desde la antigüedad, cuando los conocimientos médicos sobre cómo funciona nuestro cuerpo eran muy limitados en comparación con lo de hoy en día, los diferentes pueblos utilizaban distintos remedios para aliviar el malestar, el dolor o los síntomas de algunas enfermedades.
Prosigue el artículo; “damos el nombre de planta medicinal a toda aquel vegetal que tiene propiedades positivas que pueden ser utilizadas (comiéndolas o aplicándolas sobre la piel) o maceradas o en infusión con el fin de contribuir a una recuperación o mejora del estado de salud de una persona con algún tipo de enfermedad”.
De hecho, aunque el uso de plantas medicinales parece algo del pasado, lo cierto es que según la OMS-Organización Mundial de Salud-, el porcentaje de población que utiliza algún tipo de hierba medicinal es bastante elevado. En muchos casos no nos damos ni cuenta, como por ejemplo cuando tomamos manzanilla o tilo para relajarnos. A continuación les mostramos una lista de estas beneficiosas plantas y así incentivar su interés por estas.

La manzanilla es una de las plantas medicinales que más se conocen por las propiedades de su flor. Sólo con verla uno se imagina una superficie suave. Sus efectos son especialmente relevantes en el tratamiento de molestias gastrointestinales.
Además de ello, tiene efectos antiinflamatorios, antibacterianas y relajantes. Se utiliza en el dolor gastrointestinal y muscular, calambres y cefaleas, eczemas, inflamación de encías, heridas y sinusitis. También reduce el colesterol y al parecer tiene propiedades anticancerígenas.

Otra de las plantas medicinales más conocidas es el Aloe Vera. Se trata de una planta con capacidad antiinflamatoria y que se utiliza en diversos productos de higiene personal debido a su acción favorecedora para la regeneración cutánea. Contribuye a eliminar manchas, y a sanar quemaduras y heridas (aunque es importante hacerlo contando con asesoramiento médico). Además, la consistencia del líquido que hay dentro de sus hojas es similar a la de un gel, favoreciendo su absorción progresiva al ser esparcida por la piel.
También puede ser usada en la elaboración de algunos alimentos: ingerida, mejora la función intestinal y fortalece el sistema inmune.

Una de las plantas que más utilizamos en la cocina es también una de las medicinales más conocidas. El ajo es un potente fortalecedor del sistema inmune y tiene efectos que promueven una circulación sanguínea eficiente (es anticoagulante), además de ser antibacteriano y antibiótico y tener propiedades antioxidantes. Problemas habituales como la hipertensión o la presencia de infecciones son algunas de las circunstancias en las que su uso ingerido puede ser beneficioso. Al ser antioxidante también reduce el ritmo del envejecimiento celular.

El eucalipto es otra de las plantas medicinales más populares, especialmente en lo que se refiere a su acción ante enfermedades respiratorias. Asma, bronquitis o gripe son algunos de los problemas típicos en que se emplea. Además tiene capacidades antimicrobianas y facilita la secreción de fluidos (siendo un potente expectorante). También tiene efectos en la reducción del nivel de azúcar en sangre, algo que puede ser útil para la población diabética. Se utiliza en alimentación, productos medicamentosos o incluso en productos de higiene corporal.

La cola de caballo, en concreto su tallo, es especialmente conocida por aquellas personas con cistitis u otras infecciones del aparato urinario. También tiene efectos positivos sobre la piel y uñas, siendo un buen regenerador celular y fortaleciendo asimismo la osamenta. Rica en silicio y altamente diurética y depurativa, contribuye a eliminar toxinas. Tiene propiedades astringentes que ayudan al control de hemorragias.

Hipérico también llamada hierba de San Juan. Esta planta medicinal tiene diferentes propiedades, pero destaca el hecho de que posee propiedades antidepresivas (en este sentido, se requiere precaución si se combina con antidepresivos, y no se recomienda su consumo durante más de seis meses), bloqueando la recaptación de monoaminas. Se ha visto útil también en problemas de ansiedad e insomnio, y mejorando alteraciones del flujo menstrual. También es conocida su capacidad analgésica y reguladora de la acidez estomacal, así como su papel como ayuda para remediar diarreas y vómitos.

Jengibre: esta especia es de gran utilidad, poseyendo múltiples propiedades que la hacen una planta medicinal cada vez más relevante. Además de propiedades antibacterianas, antivirales y antiparasitarias se ha observado que posee efectos antiinflamatorios y antieméticos (disminuye náuseas y vómitos). Problemas digestivos, fatiga, cefaleas y dolores menstruales son algunos de los problemas en que se ha visto eficaz.

El tomillo posee propiedades antioxidantes y antisépticas. Rico en flavonoides, vitamina C, hierro y magnesio. Estimula el apetito y también es empleado como expectorante. Su acción antiséptico hacía que en la antigüedad fuera utilizado para tratar heridas. También es bueno para tonificar la piel y el cabello.

La lavanda posee propiedades relajantes, siendo útil para situaciones de estrés e insomnio. Además de ello tiene propiedades cicatrizantes, anelgésicas y favoredoras de la circulación y del buen funcionamiento del sistema respiratorio. También posee propiedades que mejoran la digestión y la secreción de jugos gástricos. Y por cierto, puede ser usada como repelente para insectos, así que puedes tener una maceta de esta planta en el dormitorio (para repeler a los mosquitos) o en la cocina (para mantener lejos a las moscas de las frutas).

Otra planta medicinal altamente conocida es el tilo. Sea en forma de flor o de infusión, es ampliamente utilizada para disminuir el nivel de estrés y ansiedad y para relajar el cuerpo. Sus efectos no son tan rápidos o potentes como para llevarle a un estado de relajación en los momentos en los que se experimenta “picos” de estrés.
Es apropiado que se tome infusiones de vez en cuando en temporadas en las que se aprecie que el trabajo te desborda, para que afecte a tu estado de ansiedad promedio. También facilita el sueño y es diurética, además de tener propiedades antiespasmódicas. Asimismo aumenta la excreción de toxinas a través del sudor (que también potencia).

Por su parte el diente de león es una planta muy nutritiva (se comenta que puede tener más hierro incluso que productos como la espinaca) y con múltiples propiedades medicinales. Especialmente indicada para problemas hepáticos y renales (por ejemplo piedras o arenillas), mejora la diuresis y la desintoxicación del cuerpo, además de tener propiedades estimulantes.

El orégano es un viejo conocido de nuestras cocinas, tradicionalmente muy bien valorado y que posee también grandes características medicinales. Conocido por su acción antioxidante, también se considera con propiedades antifúngicas, antibacterianas, antinflamatorias y antihistamínicas. Calambres, cefaleas, dolores estomacales y molares y problemas respiratorios pueden beneficiarse de su consumo sea ingerido o en té.

El apio es un ingrediente habitual a la hora de preparar platos muy conocidos en la cocina, pero también puede ser considerado un miembro del grupo de las plantas medicinales. Esta verdura se usa como digestivo y laxante, debido su alto contenido en fibra. Los efectos diuréticos de este vegetal de tallo grueso también son conocidos.

Pasiflora: Se trata de una planta que posee propiedades calmantes. Disminuye la tensión arterial y reduce el ritmo cardíaco. Además es útil en el tratamiento de los problemas de sueño. Tiene leves propiedades broncodilatadoras y antiespasmódicas. Es analgésico y también ayuda a calmar problemas gastrointestinales. En otros usos se puede emplear para tratar quemaduras e inflamaciones.

Conocida desde tiempos antiguos, la salvia tiene múltiples beneficios para la salud. Posee propiedades antisépticas, antiinflamatorias y astringentes, y es muy utilizada para tratar problemas bucales como gingivitis, llagas o dolor de garganta. También se ha empleado para aliviar los síntomas de la menopausia, reducir la sudoración excesiva y regular el ciclo menstrual. Además, mejora la digestión y tiene un leve efecto relajante.